¿Qué es la huella hídrica?
La huella hídrica es un indicador medioambiental que cuantifica el consumo de agua asociado a un bien o servicio.
Es, por tanto, uno de los indicadores utilizados en estudios medioambientales. Supone medir el volumen total de agua dulce que es empleado en la cadena de producción de bienes y servicios o que es consumido de forma directa por un individuo o una comunidad.
De este modo, la huella hídrica es un indicador de uso de agua que tiene en cuenta tanto el uso directo como indirecto por parte de un consumidor o productor.
Es gracias al cálculo de este indicador que se puede conocer la situación de consumo o afectación de los recursos hídricos, para así desarrollar estrategias que permitan su optimización. Trabajar en la minimización de la huella hídrica supone una reducción de los impactos ambientales asociados.
Tipos de huella hídrica según el tipo de agua
Huella hídrica verde
Es el agua de la lluvia y de la nieve, en definitiva de las precipitaciones, que se almacena en el suelo, y que se evapora, transpira o es absorbida por las plantas. Es la más relevante para los cultivos agrícolas y producción hortofrutícola y forestal.
Huella hídrica azul
La huella hídrica azul es el agua que se obtiene de los recursos hídricos superficiales o subterráneos, es decir, ríos, lagos y los acuíferos del subsuelo, etc, y que, o bien se evapora durante la producción de un producto, se incorpora a él o es vertida al mar. La huella azul aparece en la agricultura de regadío, la industria o los usos domésticos del agua.
Huella hídrica gris
Este tipo de huella hídrica sirve como indicador del nivel de contaminación del agua dulce derivado de la totalidad del proceso productivo y de comercialización de un producto. La huella hídrica gris es la cantidad de agua requerida para diluir el agua contaminada en el proceso de producción de un bien, hasta que se cumplan los estándares de calidad que marca la ley.
Cómo calcular la huella hídrica
Para la cuantificación de la huella hídrica, el método puede variar dependiendo del tipo de evaluación. Por ejemplo, para calcular la huella hídrica de un país, se tienen en cuenta varios factores: el volumen total de consumo, los patrones de consumo del país e incluso el clima regional y las prácticas agrícolas que lo caracterizan.
Con la misión de unificar todos los cálculos de la huella hídrica, la Organización Internacional para la Estandarización diseñó una norma técnica de aplicación universal (ISO 14.046).
De este modo, la evaluación realizada bajo esta norma se basa en el análisis del ciclo de vida y es modular (diferentes etapas del ciclo de vida pueden contribuir al resultado total de la huella de agua). Identifica la cantidad de consumo de agua y los cambios en la calidad de ésta. Todo ello teniendo en cuenta las dimensiones temporales y geográficas pertinentes y empleando conocimientos de hidrología para identificarlos potenciales impactos ambientales relacionados con el agua.
Un ejemplo de cálculo de huella hídrica: un filete de 100 gramos de ternera tiene una huella hídrica de 1.500 litros de agua. En esta suma se incluye el agua que el animal ha bebido durante sus tres años de crecimiento, que son más de 3 millones de litros, y el agua necesaria para cultivar el forraje de su alimentación. Además, también se tiene en consideración el agua empleada en la elaboración del producto cárnico y el transporte hasta llegar al consumidor.
¿Para qué sirve la huella hídrica?
La huella hídrica sirve para evaluar la magnitud de los impactos ambientales potenciales relacionados con el agua e identificar oportunidades para reducirlos en las distintas etapas de su ciclo de vida.
También para proporcionar información fiable con base en evidencia que sirva para informar a quienes toman decisiones en la industria, las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales relacionadas con el agua. Además, hacerle al usuario conocedor de la huella hídrica sirve para concienciar del uso del agua y fomentar su ahorro.